TERAPIA SISTÉMICA / PSICODRAMA (*)

El psicodrama es un método psicoterapéutico que tiene como objetivo el abordaje y la exploración del ser humano y sus vínculos. Mediante la utilización de la dramatización, donde la acción unida a la palabra permiten el despliegue de los conflictos personales.

En la escena el individuo ya no se limita solo a hablar de sus problemas, puede representar sus conflictos pasados y presentes, y también volcar sus temores, expectativas, proyectos y dudas sobre el futuro, explorando sus relaciones con el presente y pasado. Permitiéndole experimentar diversos aspectos del conflicto que, de otra forma, no aflorarían. De esta manera, se busca que la persona comprenda sus emociones y que ensaye diferentes respuestas ante el problema, logrando una adaptación activa a la realidad y no sufrirla en forma pasiva. A partir de la escena, el individuo mira la simulación que está desarrollando, se mete allí y se convierte en otro. Es una mutación transformadora. La simulación deja de serlo al rato y se convierte en el gran receptor de otros mundos.

El psicodrama posibilita la recuperación de la espontaneidad creadora que el niño expresa en el juego, a través de la simulación simbólica, donde se busca escapar los condicionamientos a que nos somete la realidad. Lo imaginario y lo real coexisten en la escena dramática; donde, al reencontrarse con la creatividad, surgirán roles nuevos y respuestas nuevas, libres de estereotipos.

Jacobo Levy Moreno, médico rumano, es el creador del psicodrama. Desarrolló una teoría basada en una concepción de la salud que tiene como núcleo la espontaneidad y la vitalidad creadora desplegadas en las escenas dramáticas.

La Constelación Familiar -Familienaufstellung en alemán, cuya traducción es «posición en la familia»- es una pseudoterapia, que postula que las personas son capaces de percibir de forma inconsciente patrones y estructuras en las relaciones familiares y que estos quedan memorizados, sirviendo como esquemas afectivos y cognitivos que afectan su conducta.

Esta terapia se define como sistémica, es decir, cada familia es un sistema en el cual todos sus miembros se encuentran conectados y las constelaciones familiares tienen la utilidad de revelar la información oculta a nuestros sentidos, observando, reconociendo y liberando patrones de conducta que provienen de la familia de origen. Esta terapia ayuda a resolver problemas familiares, y a encontrar significado y propósito en la vida. Pertenecer a un sistema implica tener un vínculo sistémico y un vínculo relacional. Los vínculos sistémicos son reconocidos por el alma y nunca desaparecerán pues están relacionados con las leyes que rigen los sistemas; que son inconscientes y gobiernan la supervivencia del sistema. Mediante el método de las Constelaciones Familiares se ve que cada uno está vinculado con otras muchas personas y elementos del sistema. Rupert Sheldrake llama a esto estar en la resonancia (Hellinger, Reconocer lo que es, 2006).

Dentro de la física se establece por Ley de los Sistemas que “cuando actuamos en un determinado punto del sistema, tiene efectos en todos los demás elementos del mismo”. En los sistemas familiares sucede que el supuesto “malo o excluido”, influirá en el resto del árbol genealógico de muchas maneras.